Con anterioridad, los teléfonos celulares funcionaban con baterías de níquel que requerían de formas diferentes para cagarlas y cuidarlas, en comparación de las fabricadas de iones de litio, las cuales son las que encontramos en los actuales dispositivos móviles, desde la década de los años noventa del siglo XX.
Las baterías de iones de litio, también llamadas de Li-Ion, no son eternas. Si bien es cierto que los desarrolladores aplican alta tecnología para su elaboración, la vida útil de las mismas no se extiende más allá de los dos o tres años, cuando aparecerán los signos de su deterioro, tras la ejecución de 500 a 1.000 ciclos de carga y descarga.
Como es lógico suponer, la durabilidad de la batería está estrechamente vinculada con el uso y el ahorro que des a tu celular, porque su vida útil se reducirá de acuerdo a la cantidad de cargas y descargas que será sometida. Por lo tanto, para que su desgaste no se produzca antes de lo estimado, debes atender los consejos para economizar la carga de la batería de tu teléfono móvil y, al mismo tiempo, seguir las recomendaciones que te daremos a continuación.
1. Carga y descarga.
Ante todo, vamos a desechar de una buena vez los mitos que giran alrededor del acto de cargar la batería de iones de litio de tu celular: al cargarla por primera vez, ya no es necesario hacerlo 12 o 24 horas continuas. Su capacidad está disponible desde que comienzas a utilizarla, a diferencia de las fabricadas con níquel. Tampoco es cierto que debes descargar totalmente la batería para cargarla, todo lo contrario, es preferible hacerlo antes de que pierda toda su carga. También es falso que mantener la batería conectada al cargador es perjudicial si ya se ha completado la carga.
No le hará nada, aunque lo mejor es retirarla al término del proceso, porque un bajón de luz eléctrica sí puede hacer daño a la batería. Es aconsejable cargarla con el teléfono celular o smartphone apagado, sencillamente porque la batería es sensible al calor y cuando se alimenta de energía y el móvil está encendido es mayor la generación de temperatura en el equipo. Es importante tener un poco de paciencia y evitar desconectar el cargador y volverlo a conectar antes de que la carga esté completada. Algo más, efectúa el procedimiento con el cargador original del fabricante.
2. Temperaturas: frío y calor.
Las baterías Li-Ion son muy sensibles a las temperaturas, tanto las bajas como las altas. Con ellas no es recomendable ningún extremo. Condiciones bajo cero grados centígrados (menos de 32º Fahrenheit) las afectarán, por lo cual no recomendamos guardar en el congelador aquellas baterías que no se estén utilizando, aunque en otro lugar menos frío de la nevera no la dañará. El calor es un mayor problema. ¿Sabías que las baterías de iones de litio pueden explotar por excesivo calor? Pues sí, es cierto. Están fabricadas con materiales inflamables, por lo cual es necesario tener tu equipo móvil en el lugar más fresco posible. Nada de dejar olvidado tu celular dentro del carro. Una temperatura superior a los 43ºC (109.4 °F) colocará en aprietos la batería. Otra sugerencia: antes de cargarla, quítale cualquier protección (funda o carcasa) al teléfono celular para impedir concentración de calor.
3. Otras condiciones.
El frío y el calor no son las únicas condiciones ambientales que pueden dañar la batería de tu celular. Sitios o ciudades con excesiva humedad también atentan contra su vida útil. Lo mismo te podemos decir del vapor. Por otra parte, a menos que tu smartphone sea sumergible, cuida que no se moje o caiga en el agua, cuyo elemento hace daño a la mayoría de los teléfonos inteligentes y los que no lo son, así como también a la batería. Si sucede un percance de esta magnitud y puedes rescatar el dispositivo móvil con prontitud, procede a secarlo con suma rapidez, sin emplear artefactos que generen calor.
4. Sobre la conectividad.
Si necesitas enlazarte por intermedio del Bluetooth y Wi-Fi es lógico que tengas ambos recursos conectados en tu teléfono, pero si no es el caso, ¿para qué mantenerlos en uso con el gasto de batería que esto supone? Recuerda que mientras agotes mayor carga de la batería de tu teléfono tendrás que alimentarla de energía más seguido, y eso, precisamente, compromete su rendimiento. Esto lo expusimos al principio. Y ya que hacemos referencia a las redes de conexión, aquellos s que acceden a las 3G con sus celulares experimentarán una reducción más significativa de la carga de batería, en comparación con los que dan cobertura a sus equipos por las 2G. Claro, esto representa un sacrificio en cuanto a la velocidad de transmisión de datos, pero si no lo puedes evitar simplemente haz un uso austero de tu móvil.
5. Pequeños detalles.
Si deseas que la batería de tu smartphone perdure y ofrezca un mejor rendimiento en el mayor tiempo posible, cuida los pequeños detalles que marcarán gran diferencia en cuanto a lograrlo o no. Debes comenzar por personalizar la configuración del sistema de tu teléfono para gestionar la batería. Las pantallas enormes y brillantes son tan bellas como derrochadoras de energía. Entonces, te sugerimos bajar su intensidad. El uso de micro lectores de tarjetas USB también consume una cuota adicional y no lo percibes. Sucede lo mismo al tener varias aplicaciones abiertas sin necesidad, por lo tanto recomendamos cerrar aquellas que no estés utilizando. Las apps de juegos son muy divertidos, pero devoran mucha energía, no lo olvides. Las redes sociales y otros recursos con actualización en tiempo real producen el mismo efecto en el gasto de carga de la batería. Podemos decir lo mismo de las aplicaciones de audio y video, más aún si las escuchas con parlantes externos. Reiteramos, hay que tener presente que con un gasto más consciente, menos veces recurrirás al cargador y más tiempo la batería te producirá la energía que necesita tu teléfono celular inteligente.
¿Te pareció útil nuestro tutorial? Si tienes alguna duda o sugerencia, deja tu comentario!